Mismo diseño pero con mayor pantalla
El diseño de la Xiaomi Mi Smart Band no ha cambiado mucho desde su origen, lo que tiene sentido dado que funciona y es bastante reconocible. En la caja de venta solo tenemos la pulsera junto con el cable de carga, con pines magnéticos en un lado y el conector USB A en el otro, para que lo enchufemos a un cargador o a una computadora.
La correa sigue siendo de silicona, agradable al tacto, y con posibilidad de cambiarla por otra si se nos rompe.
Como es lógico, podemos sumergir la pulsera hasta 50 metros de profundidad, al tener resistencia al agua de 5 ATM.
La pantalla sigue siendo táctil, y permite navegar con ciertos gestos o pulsar en las opciones que queramos activar.
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